viernes | 03.10.2008
La historia de un grupo local que trabaja con personas en situación de riesgo
"La idea es poder darle otra mirada al conflicto, hacerle entender a quien padece un problema que no está predestinado a seguir sufriendo". La que habla es Cecilia Fallesen, una de las integrantes de "Las Amandas", un grupo de mujeres platenses que, desde la actuación espontánea, abordan diferentes conflictos sociales con personas en situación de riesgo.
"A cada una de nosotras nos ha tocado trabajar con mujeres golpeadas o con chicos con causas penales -cuenta Cecilia-. Lo que hacemos no es improvisación teatral o psicodrama, sino que se trata de algo más abierto. Trabajamos las emociones e intentamos ofrecerle a quien la pasa mal un canal de expresión donde pueda elaborar precisamente esos padecimientos".
Las Amandas son seis mujeres que intervienen en situaciones de riesgo desde fines de la década del 90. Además de Cecilia, el grupo está compuesto por Amparo Maldonado, Diana Fainstein, Gimena Varela, Mónica Fernández y Nyti Von Arx. Según explican desde su propio blog (http://lasamandas.blogspot.com/), la propuesta no es más que "una herramienta borde entre el teatro espontáneo, el playback, el psicodrama y la sensopercepción, a lo que se suma el hecho de narrar. La intención es desarrollar a partir de estas expresiones aspectos saludables como la participación, la solidaridad, la cooperación, la expresión, la comunicación, la autovaloración, la ampliación del registro sensoperceptivo, la actualización de conceptos y, desde luego, la red de contención".
LA CONTENCION
Contención. Esa parece ser una palabra clave a la hora de trazar descriptivamente el objetivo primordial de este grupo de mujeres. Ellas, acompañadas por la directora del equipo de teatristas, narran situaciones vinculadas con la cotidianeidad: los sueños, los proyectos, el trabajo, la sexualidad, la familia, los temores, los deseos, las instituciones, el barrio o la comunidad. Luego seleccionan a quienes van a interpretar cada escena, y de este modo la escena pasa por una primera interpretación y puede ser rectificada o ratificada por la narradora que actúa a modo de autora y co directora.
"La distancia entre esa experiencia de vida y la interpretación a cargo del grupo permite ver las posiciones que adoptamos en la vida ante ciertos conflictos", apunta Cecilia desde el blog. Y agrega: "la herramienta de interpretación facilita el registro de sensaciones, sentimientos y nuevas posibilidades de acción, que también son mostradas en términos de escena, otorgando nuevos sentidos a la vivencia original".
Los lugares donde trabajan Las Amandas van apareciendo según el problema que se aborde. Según ellas, de hecho, "cualquier espacio vacío se llena con estas historias: un centro de salud, el fondo de una casa, una cocina, un centro barrial, el sindicato, la calle, un centro cultural, la rueda de mate en lo de la vecina. El lugar se construye donde está la gente".
Actualmente, hay que decir, el grupo trabaja semanalmente dentro del marco de un proyecto de la UNLP en un CIC (Centro de Intervención Comunitaria) de Ensenada. La convocatoria en ese y otros lugares se hace siempre bajo el mismo lema: "Esto es asunto nuestro". En Ensenada, dos martes por mes concurren de una escuela del barrio niñas de 11 y 12 años. Los otros dos martes concurren mujeres adolescentes y adultas de la zona.
"Permanentemente nos surgen convocatorias y esto nos está presentando una dificultad operativa -cuenta Cecilia-: la de sostener la tarea para que no se reduzca a un acto benéfico, que de ningún modo es nuestra intención. Este es nuestro trabajo, nos hemos capacitado para hacerlo, nos respalda la experiencia de años, queremos sostenerlo, desarrollarlo y multiplicarlo. Conocemos los efectos saludables que tiene el narrar, compartir y verse en términos de escenas".
Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/20081003/informaciongeneral9.htm